Mucho podríamos decir de la inmensidad de efectos positivos que tiene la lectura en nuestras vidas. 

El asiduo lector sabe. Me quedaré corta si lo describo.

Pero quiero hablarles a aquellos que todavia sentimos estar encima de los chicos para que se enganchen, para que hagan propio el habito. 

Es un mensaje para mi misma también. Que muchas veces siento que ya pasamos la etapa de leerles el cuentito de la noche. Pues no. 

Y también muchas veces siento:  ¨para qué insisto tanto?¨.

Y mientras escribo me digo, voy a insistir aún mas.

Generar los espacios/momentos para lectura en la diaria a veces cuesta. Tengo que planificarlos. Empezar a cerrar el dia antes, ir bajando los decibeles con tiempo...y que no nos agarre a los padres también con la ansiedad de cerrar el dia. 

Qué lindo es cuando sucede! Leer en voz alta y que todos estemos enganchadisimos con la historia! O cuando durante el dia van deambulando haciendo cosas con el libro abierto.

Todos los días un poquito.  Si hoy no llegaste, volver a intentar mañana. 

Te dejo acá, algunos consejos para fomentar este hábito tan importante. 

Elegir libros que conecten con sus intereses. Si le apasionan los animales, los trenes o las estrellas, buscá historias que giren en torno a eso. A Beltru le encantan las biografías. O los cuentos que leíamos cuando nosotros eramos chicos. A Trini las historias de niñas de su edad. Cuando el tema los atrapa, la lectura fluye sola.

Leer juntos, no solo para ellos. El momento compartido es lo que más disfrutan. Sentarse al lado, señalar dibujos, reírse juntos o comentar lo que pasa en la historia hace que la lectura se vuelva vínculo.

Ponerle voz y emoción a los personajes. Darle vida al cuento con gestos, tonos o sonidos despierta su atención y convierte la historia en una experiencia mas entretenida.

Dejar los libros al alcance de sus manos. Tener una canasta o estante bajo con libros accesibles invita a explorarlos por iniciativa propia. 

No forzar los tiempos. Hay días en que querrán leer tres cuentos y otros en que no querrán leer ninguno. Escuchar su ritmo y mantener la propuesta viva es mejor que forzarla.

Dar el ejemplo. Verte leer transmite el mensaje más potente: que leer es un placer, no una tarea.

Volver siempre al disfrute. No importa si el libro es corto o si lo leyeron mil veces: lo esencial es que ese rato sea placentero. Los recuerdos de infancia se construyen con momentos compartidos. Muchas veces el libro es solo una excusa para quedarnos mas tiempo con ellos. 

 

No claudiques. Le estás regalando un tesoro. Un mundo por descubrir. Colores, sabores, historias, sentires, emociones. 

Las abrazo

Vicky