El embarazo y el puerperio son etapas únicas, pero también, una revolución hormonal y emocional. Aunque cada experiencia es distinta, creo que todas coincidomos con la necesidad de sentirnos acompañadas. Y no hablamos solo de la pareja o la familia cercana, sino de algo mucho más profundo: tener una ronda de mujeres, una tribu, que esté atravesando por lo mismo que vos.
Desde tiempos ancestrales, las mujeres se reunían para compartir saberes, sostenerse mutuamente y transmitir experiencias de maternidad. Hoy, donde todo es online y siempre estamos apurados, recuperar ese espacio de encuentro es un verdadero acto de cuidado.
-
Compartir lo que sentimos: hablar con mujeres que atraviesan lo mismo ayuda a normalizar emociones y liberar culpas.
-
Aprender de otras experiencias: cada relato trae consigo un consejo, una mirada distinta y la certeza de que no estamos solas.
-
Sostenernos mutuamente: una palabra amable, un abrazo, o simplemente escuchar, puede ser el alivio que necesitamos en momentos de incertidumbre.
-
Construir red: cuando una madre está contenida, puede cuidar mejor a su bebé y transitar con más calma los cambios que esta etapa implica.
En este camino, también es clave contar con profesionales que nos acerquen propuestas para fortalecer esos lazos. En lo personal, siempre voy a recomendar a Vero Macri, que me acompañó en mi preparación psico física para el parto de Olivia y gracias a quién conocí un grupo de mujeres (y ahora bebes) adorables. Ella, a traves de sus talleres promueve justamente estos encuentros: espacios seguros, íntimos y nutritivos donde cada mujer además de ejercitar y mover el cuerpo, puede ser escuchada, compartir, aprender y sentirse parte de una red que acompaña.
